Dos meses hace que nació
nuestro segundo hijo
y nos encontramos nuevamente en él
sin saber que estábamos perdidos.
Todavía no conoce el mar
ni el aroma de los campos,
pero sabe de tu voz y la mía
y las sonrisas de su hermano.
Lo imagino ya corriendo en Monteverde,
en esos patios inacabables,
detrás de las gallinas y los cerdos,
con su rostro cubierto por el polvo de la tarde.
Selene Ortega
San José del Cabo
22 de marzo de 2013