sábado, 3 de julio de 2010

De ruidos


II


Te he buscado entre voces deformes,
en los andares grises del abandono,
te he pensado en el tacto mustio de mi vida
y nada.

Como si no existieras.

Un Rubinstein medio cómplice
me daba pistas descarriadas entre las notas de su piano.
Y una nada sorda.

Recorrí otros cuerpos
pidiendo señas y te extraviaba más.

Aspiré tu olor añil una noche en que temblaba,
cerré los ojos y te escuché decir:
verde y triste luna sin marino.



Selene Ortega
Navolato, Sinaloa
23-abril-2010

No hay comentarios: