martes, 16 de noviembre de 2010

Saudade



Tengo demonios macerando mi vida
desde los años de tu ausencia:
esa larga fila de horas
del eco que ahora soy.

Y mis ojos, remanso de agua,
y mi boca, cueva polvorienta,
y mis manos, acervo de caricias,
y mi mente, engañoso laberinto,
entran en la noche,
en esta noche –compañera turbia de mi llanto- despidiendo
los pasados adioses
que en vano me envolvieron,
para poder desprender
ese pedazo marchito, gangrena de mi alma,
mientras mi mundo duerme
pues los testigos sobran
en actos tan íntimos
como besar tu abandono
y dar la vuelta a la luz que antes fui…

Selene Ortega
Los Cabos
28-09-2010

1 comentario:

Claudia Isabel Quiñónez dijo...

Esta bien chilo, me encantó lo de la cueva polvorienta.
Yo tengo vientos en la boca: ¡Éjele! Es broma. Nada más para que rías.

Pero me encantó. Gracias por compartir. Un beso