lunes, 15 de septiembre de 2008

Nocturna


Para Arturo Sodoma

La canción de cuna dice
que es tiempo de morir
con las hadas madrinas de Tlalpan.

A las doce,
la noche seduce
con su lluvia de luces perpetuas
y unos corales labios provocan el deseo
que la mañana borrará
con su perfume de lavanda.

Otra vez la noche
retorna con el ansia desbordante
Y huyes
Y pides
otro deseo tlalpeño.

En un rincón
tan sombrío como tu pecho
un vagabundo te señala
diciendo:
No pasarás.

Selene Ortega
Culiacán, 2008

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